DAVID SOBRINO
SER PATRIMONIO



Al parecer, Napoleón y Houdini pasaron una noche en la Gran Pirámide de Egipto. Aquella noche transformó sus vidas.
También transformó la de David Sobrino, allí en la Cámara del Caos, en lo más profundo de la pirámide de Giza, él descubrió lo que hoy comparte con unos pocos.
Este 2025, en Madrid, un evento exclusivo a puerta cerrada permitirá que solo 100 elegidos se quiten la máscara. Es el momento de despertar y sacar a la luz eso que llevas buscando en silencio durante tanto tiempo.
Esta gala permitirá reunir a grandes visionarios del sector, así como a coaches, terapeutas, mentores, psicólogos, maestros y artistas que han sentido su singularidad creativa, muchas veces incomprendida. Por primera vez, se encontrarán con un propósito común: abrir la caja fuerte que lleva dos años cerrada y descubrir lo que han co-creado.
Un espacio único para, por fin, ser escuchados, comprendidos y reconocidos como profesionales que hacen cosas diferentes.
Únicas 100 plazas, solo quedan disponibles 25 tickets
El evento será el sábado 6 de diciembre, de 9:30 h. de la mañana a 19:00 h. de la tarde, con coffee y almuerzo incluidos. Durante la Gala, se otorgarán los galardones a los certificados en Narratipos, en una ceremonia que reconocerá su nuevo rol como arquitectos de la comunicación.
También se realizará en vivo el programa 100 del podcast de David Sobrino, Código 42, con invitados especiales que convertirán este hito en un momento memorable.
Quienes se adelantaron ya consiguieron una de las 30 entradas premium, con acceso a un mentoring nocturno y una cena a puerta cerrada.
No es casualidad que Alejandro Magno estudiara con Aristóteles y se molestase al ver que el conocimiento esotérico para desarrollar grandes estrategias debía compartirse. Alejandro Magno comprendió que era tiempo de hacerlo exotérico para unos pocos elegidos. Aquellos dispuestos a ponerlo en marcha en la nueva Era de la Consciencia; de hacer visible lo que hasta ahora ha estado oculto.
La mejor forma de cerrar este año es abrir las puertas a un 2026 donde tu voz, tu historia y tu legado brillen como un neón.
Ha llegado la hora de ser patrimonio de la humanidad y dejar la máscara a un lado.
Experto en Narrativa y Diseño de Estrategias de Comunicación para Marcas y Negocios que quieren diferenciarse y vender más.
Ideólogo, escritor e investigador del comportamiento humano durante más de 20 años.
Es el Fundador de La Boutique de Mentores, una empresa destinada a seleccionar, desarrollar y formar a los mentores con mayor talento de habla hispana.
Tuvo la oportunidad de trabajar en Thinking Heads, una las mayores consultoras del mundo especializada en el posicionamiento estratégico y gestión de la influencia de líderes.
Es el autor y escritor de «Ser Mentor Extraordinario», el famoso libro de 1.000 €, del que se agotaron sus 100 piezas en menos de 48 horas durante su lanzamiento.
Dirige la Certificación de Narratipos, por la que ya han pasado más de 100 referentes del sector de la formación, el marketing y desarrollo humano.
Es el Creador del Modelo de Narratipos®, una tecnología de la comunicación que aplica la Psicoinfluencia para vender de una forma natural, auténtica y diferente.
Napoleón enmudeció. Houdini no pudo escapar de su influjo. Y David Sobrino encontró una llave.
La que abrió una puerta blindada a miles de personas.
Sucedió en las profundidades de la Cámara de Caos, uno de los lugares más misteriosos e inaccesibles del planeta.
Allí encontró un túnel oculto por el que se arrastró y, en la oscuridad más absoluta, descubrió algo: la Psicoinfluencia.
Una forma de comunicar más allá de lo visible. Una tecnología simbólica para transcender y comprenderlo todo. Una arquitectura con la que diseñar narrativas que hacen historia.
Desde entonces, su misión consiste en crear modelos de comunicación asequibles y comprensibles para facilitar la expansión de marcas y líderes en diferentes sectores.
Y tras más de 3 años de trabajo y validación con 100 profesionales, ahora pone al servicio del mundo el Modelo de Narratipos, a través de una Certificación exclusiva que permite expandir el espectro comunicativo y los resultados a profesionales, empresas y organizaciones.
David nació en 1982, en Madrid. El pequeño de cuatro hermanos varones. Desde temprano sintió la distancia, no solo por la edad, sino por la incomprensión de la energía femenina que le habitaba.
Observador, jugaba a los puzzles, pintaba caballos, dibujaba ojos y diseñaba estructuras geométricas.
Desde pequeño, creó su propio universo interior. Un refugio imaginario para escapar de un sistema encorsetado en el que se sentía recluido. Como en una celda oscura de la prisión de Alcatraz. Siempre quiso fugarse. Alcanzar la costa. Explorar nuevos mundos. Pero el miedo al océano —plagado de tiburones— lo detenía.
CARTA MUY PERSONAL
Del 05-11-1933 al 08-04-2025
Mi padre pintaba casas. Con brocha gorda, con manos curtidas, con el sudor en la frente y los pies en el suelo. Pintaba para otros. Sin pretensiones. Sin discursos. Sin esperar aplausos. Lo hacía porque era su forma de estar en el mundo. De servir. De amar.
Durante años no lo vi.
Lo admiraba en silencio, pero aún no comprendía el verdadero legado que me estaba dejando. No era solo la humildad de su oficio, ni su manera de cuidar cada detalle aunque nadie lo notara. Era algo más profundo. Algo que solo comprendí cuando se fue.
La muerte de mi padre me enseñó el verdadero significado del amor. No ese amor grandilocuente, romántico o verbalizado. Me enseñó que el amor se expresa sirviendo con pasión. El amor que se entrega a través del trabajo bien hecho. El amor que se manifiesta en cada capa de pintura que damos en las casas de otros, aunque no sean las nuestras.
Ahí descubrí que yo también soy pintor. No con brocha ni rodillo, sino con palabras, símbolos y narrativas. Mi oficio es otro, pero el propósito es el mismo: entrar en la casa del otro y pintar su alma del color que desea para lograr sentirse en paz y comprendido. He descubierto que la distancia entre las personas no se mide en pasos, sino en capas. Mi padre me enseñó sin palabras que el acto de pintar era, en realidad, un verdadero acto de amor. Cada vez que pintaba nuestra propia casa, reducía el espacio entre las paredes para aumentar el vínculo amoroso entre nosotros, su familia.
Su último respiro fue su última pincelada.
Esa que me hizo descubrir que el verdadero drama de la vida no es que no nos compren. Tampoco que no nos entiendan:
Hoy sé que comunicar es comprender. Que narrar es mimar. Que vender es como dar pinceladas. Y por eso, desde la Psicoinfluencia y los Narratipos, no enseño técnicas de venta. Enseño a pintar. A reconocer la casa del otro. A saber qué color necesita su alma. A reducir la distancia a cero.
Mi padre no dejó un imperio, ni libros, ni premios. Pero me dejó el legado más puro y verdadero: el de vivir con pasión al servicio de otros, el de hacer del trabajo un acto de entrega, y el de saber que la única forma de amar a las personas es pintando con ellas. Capa a capa. Hasta que se reconozcan en el color de su propia esencia. Diseñar la Arquitectura Narrativa del ser humano y decorarla de forma deseada.
Gracias, papá, por enseñarme que el amor no tiene por qué ser un te amo sino una sutil pincelada.
Tu hijo, David.
D .E. P.